Es así como cada día enseño aprendiendo

martes, 27 de enero de 2009




Si algo he aprendido es que cada tema que doy en clases frente a un grupo —frente a jóvenes cuya formación es mi responsabilidad— representa la ocasión propicia para reaprender.
Comienzo por leer el o los materiales que contienen el objetivo que se persigue y elaboro mis notas valiéndome de palabras clave, que me indiquen aquello que podría olvidar. Si se trata de una clase donde expondré, trato de que ellos piensen que no sólo estoy dando clases de manera preconcebida, sino que es algo espontáneo. Por ejemplo, en la clase de ética considero de suma importancia que mis alumnos se den cuenta de la practicidad de dicha materia; de ahí que, previa consulta al programa, parta de una plática que parece personal, que eventualmente propicia la participación de ellos.
Después, oriento la charla (por llamarla de alguna manera) hacia mis objetivos específicos; además, otra de las actividades que planeo son los debates, en los cuales, además de que exponen sus puntos de vista sobre algún tema, se dan a la tarea de investigarlo para aumentar su participación.
Lo anterior ha sido una experiencia bastante enriquecedora, toda vez que, en ocasiones, surgen opiniones personales que me permiten conocer y acercarme más a mis alumnos. También busco trabajos en los que logren hacer una introspección. Este esfuerzo, no obstante la imposibilidad para calificarlos de manera cuantitativa, se ha traducido en logros por demás satisfactorios.
Así, cuanto mayor es mi esfuerzo al preparar mis clases, mayores y mejores son los resultados que obtengo y las satisfacciones. Considero que la dificultad no radica en el hecho de qué tan grande es el propio acervo cultural o qué tanto se conoce el tema, sino en la manera en la que se transmitirán tales conocimientos; mas aun: cómo lograr que mis alumnos obtengan sus propios conocimientos. Para ello, busco actividades que complementan su proceso de aprendizaje mediante investigaciones, exposiciones, trabajos en equipo, debates, etcétera.
Aunque en ocasiones el resultado no es inmediato, lo importante es que mis alumnos me ayudan a aprender a través de sus puntos de vista. Además, percibo a la educación como el hecho de permitir al otro llegar a su propia claridad. Al respecto, comparto la idea de Sócrates cuando decía que aquello que se pretende es que el alumno “dé a luz”. De tal manera que yo misma, muchas veces, me he sorprendido al ver el rumbo que toma el aprendizaje de un alumno, con quien yo, por supuesto, soy la primera en aprender. Porque es así como cada día enseño aprendiendo.

Lic. Selene Salas Sánchez

Trazos sobre la reforma integral educativa

lunes, 19 de enero de 2009


Creo que no es reciente el hecho de que la educación se haya vuelto un tema de primer orden en la escena política mexicana. Sexenios atrás se habían hecho algunos intentos por modificar los esquemas; pero, a final de cuentas, no eran otra cosa que estrategias y políticas públicas que no hacían más que alentar el sindicalismo nocivo sin poner verdadera atención en lo que se requería: los planes de estudio y la perspectiva del docente.
En la actualidad, la Reforma Integral se ha vuelto un tema de debate, e incluso, de rispideces, debido a que contiene en su parte medular cambios de raíz que implican el restablecimiento de la visión docente y de la actitud hacia los alumnos. El interés de las autoridades educativas estriba en que, a nivel global, el sistema educativo mexicano muestra un serio déficit con respecto a países desarrollados.
La apuesta de estas naciones al capital humano en el ámbito educativo, amén de las tendencias de la globalización, constituye un claro referente para nuestro país, en virtud de que el enfoque debe estar orientado hacia las nuevas generaciones. Las tendencias son de orden globalizador y se encaminan a unificar criterios respecto a las competencias en todos los ámbitos de la vida.
La ciencia, la cultura, la política y la economía cada vez interactúan más entre sí, de tal suerte que ello se refleja en el desempeño y comportamiento de las nuevas generaciones con respecto a su actitud en la escuela y a los padres y a los docentes.
El desarrollo tecnológico, definitivamente, tendrá un gran impacto en las tendencias arriba mencionadas. Toda vez que, debido al mismo efecto globalizador, las distintas áreas del conocimiento humano están sufriendo cambios bastante acelerados.
Los medios masivos de comunicación juegan ahora un rol esencial. Su papel como coadyuvantes o detractores de las reformas integrales educativas depende, en mucho, de la propia actitud que tengan los docentes por mantenerse actualizados (académica y tecnológicamente) acorde con las exigencias de los nuevos tiempos, así como del nivel de las y los alumnos.

Lic. Selene Salas Sánchez

Competencias docentes

viernes, 16 de enero de 2009

Cada una de las competencias debe ser y hacer que el docente mejore en sus actitudes y contribuya asi a la reforma educativa.