algo sobre ètica...

jueves, 22 de abril de 2010

Sòcrates: Para este filosofo el conocimiento de sí tiene como base la búsqueda de la verdad, nuestra razón de servir para conocer lo que es bueno y actuar conforme a eso.

Platòn: Decía que un autentico sujeto moral virtuoso no lo es sin conflicto, sino que debe de recorrer el tortuoso camino de la lucha y, tras experimentar deseo y placer, no sucumbir ante ellos, sino vencerlos.

Aristoteles: define la virtud moral como una disposición adquirida de la voluntad, consistente en el justo medio relativo a cada uno, que lo determina la persona prudente. No es una disposición natural o innata.

San Agustin: Propone la felicidad como el fin del ser humano. Pero como el hombre es un ser mutable e insuficiente, sólo puede alcanzarla si posee lo que es más que él mismo: un objeto eterno e inmutable, que únicamente puede ser Dios.

Santo Tomás: Divide los actos en malos y buenos tomando como criterio su adecuación al fin último que es la felicidad. Pero en la medida que el hombre es un ser racional, los actos buenos serán los que estén de acuerdo con el orden de la razón, mientras que los malos serán los que son incompatibles con el perfeccionamiento de aquélla.

Immanuel Kant: habla de una ley moral que dice: “Obra sólo según una máxima tal que puedas querer al mismo tiempo que se torne ley universal”

Karl Marx: Su propósito último es una sociedad cuyos miembros sean libres para realizar su vida, produciendo en comunidad, sin explotación ni enajenación.

Friedrich Nietzsche: La moral fue el medio más efectivo con que contó la sociedad para preservarse y evitar su destrucción. Y menciona a un superhombre que es un individuo que va más allá del hombre que ha existido hasta ahora y que será capaz de convertirse en amo y señor de la tierra

Michel Foucault: Detectó una moral no represiva, contemplada en el trabajo que un individuo puede operar sobre sí mismo y en la que se abre, por fin, la posibilidad de una moral que no repose en la religión, ni la tradición. Esta ética es aprehendida como una estilización estética de la vida.

Sigmund Freud: Distingue tres zonas fundamentales, ello, yo y super-yo